viernes, 28 de abril de 2017

Volveré, volveré, volveré…

“En la luz dorada del amanecer se detuvieron para ver su tierra por última vez.

-¿Volveremos? –murmuro Irene.
-Volveremos –replicó Francisco.

Y en los años siguientes, esa palabra señalaría sus destinos: volveremos, volveremos…” 

(De amor y de sombra – Isabel Allende)


Ave dibujo a lápiz - zafirocalderon

En los años de juventud, digo esa edad ante de los veinte, vivía volando entre nubes llenitas de sueños, sintiendo a mi alma en el pecho, desesperada por salir al vuelo, ¡qué trocito de tierra tan pequeño!, me exclamaba a cada hora la condenada.

Delicados dibujos a pluma y lápiz
Como toda jovencita de casa, formada para cumplir con lo que se espera…, crecer, graduarse, encontrar un empleo, casa, carro, casarse, hijos, esperar la vejez y morir. Yo me encamine a cumplir con esa lista, crecí y mientras intentaba graduarme me di cuenta de que esa lista no se ajustaba a lo que quería esa cosa sin forma, pero fastidiosa que me revoloteaba en la cabeza, me anudaba el estomago, me hacía brincar el pecho, sí, hablo de ella, mi alma, mi alma indomable. Y decidí quedarme hasta lo de graduarme, mi familia debía sentirse complacida por eso y luego darme mi independencia o yo lograrla; la independencia es mucho más que tomar nuestras propias decisiones, es cuidarnos y llevar todas las cargas…

¿Pero si la lista no era lo que quería, qué quería yo ya entrada en los veinte?… comerme el mundo como todo joven nacido en este siglo. Y para comerme al mundo era indispensable conocerlo y así empecé a soñar con pisar, degustar, embelesarme con otras tierras.

Pajaritos blanco y negro - Pinterest

¡¡¡Risas!!! La vida se intenta planificar, sin embargo es una resbalosa. A los veinte y más, protagonice múltiples episodios bastante estresantes y que bueno... me dejaron fuera del cielo minado de sueños y me bajaron de las nubes, aprendí a controlar mi alma y se quedó encerrada, luego en medio de ese abandono de múltiples fantasías me enamoré. Ya empezaba a anclarme, ya no quería comerme el mundo, pues este me había dado un par de buenas mordidas. No obstante, la situación en mi entorno, los conflictos, la vida de otros, el desgaste social en mi pequeño universo, me hicieron volver a cuestionarme. Allí estaba de nuevo y el verme al espejo me dio sentimiento, porque me di cuenta que había dejado a la niña de mis sueños sin pan y agua en la cárcel de mi cuerpo. Y a ese sentimiento que sólo escocia, se le sumaron las calamidades de mi alrededor, dicen que lo mejor de cada quien florece cuando ha tocado fondo, yo había tocado fondo, mi tierra había tocado fondo... reaccionaba o me volvía una con el piso. 

Mi amor se mudó, migró kilómetros –por un mejor porvenir- y prometió volver por mí. Su aventura me invitó a soñar de nuevo y en esa fracción de mi vida me reencontré... Finalmente ha llegado ese día de ir tras mi amor y ese mejor porvenir para los dos y para mi alma.

The woman and the bird - Rafael Navarro

Aquí no quiero hablar de la situación de mi país, sólo de lo que se siente dejar un lugar donde ya estabas haciendo raíz, cuando uno es joven, muy joven y ha vivido poco –experiencias de vida- el entorno se le hace pobre y quiere irse, pero cuando creces un tantito, te da nostalgia dejar y empezar en otro lugar, eso pasa porque al crecer te amarras a ese suelo y al irte debes desprenderte y por más que sea eso duele.


Delicados dibujos a pluma y lápiz

Hoy me toca levantar la cara, ver ese horizonte que tanto quise perseguir y aventurarme por ese camino que en mis años mozos tanto quise pisar. Voy por una nueva aventura, una nueva oportunidad para mis sueños y porque sigo sin querer aferrarme a listas, aunque ya de esa lista de antes he adoptado varios ítems. El alma vagabunda se remueve cuando digo me voy, se remueve porque sabe que va extrañar los gestos de su gente y sus rutina aquí. Por eso susurra, volveré, volveré, volveré…  




G. M. Santiago
P. S. Escribiré pronto



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