Ese
momento cuando todo te cambia, convirtiendo tu mundo de colores brillantes y
variados en uno gobernado por escalas de grises… naces y unas manos firmes te
guardan, te arrullan, te alientan, te calman, pero después en un instante abres
los ojos del alma, de la conciencia y te das cuenta que todo es tan efímero y
que esas manos firmes del primer respiro, no son eternas y en cambio son tan
frágiles.
Andre Kohn Zeichnungen |
Nací
en el año 90, maravillosa época, la hija deseada de un matrimonio estable, tuve
una niñez muy normal, con las pesadillas que algunos enfrentan, fui mimada,
también humillada por lo altos estándares de la sociedad, inculcados desde los
primeros pasos, desde pequeños sabemos que es feo y yo para mis compañeros no
fui un lucero. Realmente tuve días muy normales, a los tres años me obsequiaron
una hermana y junto a ella cree juegos, consolé lágrimas al cometer travesuras
y pagar el precio. Junto a ella he compartido y vivido la inevitable muerte, la
finita vida.
Cuando
tenía ocho años y mi hermana cinco, perdimos a mi madre, fue un episodio fugaz. En un
momento mi madre estaba despidiéndose en la puerta de la casa de mi abuela,
prometiendo que regresaría temprano y al otro, todos lloraban su cuerpo
arreglado de blanco dentro de un ataúd. Causa de la muerte, en el
acta de defunción se citan varias afecciones, de esas con nombres raros, pero
poéticamente, el corazón se le rompió en decenas de minúsculos pedazos.
nochedeamanecer.blogspot.com |
Superé
de la mejor forma quedar huérfana de madre, empecé a batallar con mis días y
junto a mi abuela paterna -mi hermana y yo- nos consolamos la ausencia femenina… Nos
quedaba nuestro padre.
El señor José, nuestro padre, fue un ser muy difícil, era exigente, pero abnegado,
quería protegernos y que hiciéramos lo correcto. No obstante, creo un muro de
miedos y se volvió distante, a pesar de que no apartaba su pisada de nuestros
pasos. Nos forjó a mi hermana y a mí con temple, mano duro, disciplina y nos
hizo mujeres independientes, capaces de afrontar la vida, nos preparó para
enfrentarnos al mundo. Sólo que en el camino olvido juzgarnos menos y halagarnos más, nos hizo inseguras en secreto, temerosas a la vida (en pequeña medida) y
con cierto grado de locura (grado alto)…
Soosh - Superman |
Era la primera vez que me enfrentaba a este deterioro, mi madre tuvo una muerte instantánea, un desenlace fulminante. En cambió mi padre se marchitó poco a poco, se quebró a pedazos, fue perdiéndolo todo a tramos y lo peor era que suplicaba una segunda oportunidad. Un tumor cerebral, una masa de aproximadamente 6x6x6 le jodia la existencia y al parecer el destino confabulaba, no se lograba operar...
La
finita vida de José Santiago, su vida se basó en criarnos y sólo me vio a mí
graduarme, a mi hermana la dejó encaminada, pero con un puesto vacío el día que
marcaba una de sus tantas llegadas. José no vio cumplida su propia meta, vernos
ser profesionales.
Soosh - Padre e hija |
La
finita vida de José Santiago, marcada por posponer y esperar a que mañana se
dieran mejores condiciones para hacer algo por él. Una existencia reducida
siempre en preocuparse por lo demás y olvidar sus necesidades.
La
inevitable muerte de José Santiago, recuerdo que mi papá lloró mucho antes de morir, decía que
le faltaba mucho por vivir… Murió en el hospital, luchando por respirar, no
había capacidad para una muerte decente, no había nada realmente. Murió
resoplando, puedo decir que murió luchando, hasta que mi hermana (su chiquita bella) le dijo, está
bien, te puedes ir..., pero yo no me despedí.
Quedé
huérfana hace un año, en una noche de abril, lo supe desde siempre, cuando lo vi en la cama
mirando fijo una luz que no podía ver. Generalmente los gigantes cuando caen
difícilmente se levantan, porque ya han dado bastante.
Recuerdo
que llegue a escuchar, “Dios sabe lo que hace”. ¿Realmente Dios sabe lo que
hace? No lo sé, tal vez Dios sólo ve como un espectador más y dada su
naturaleza no se aterra, ni se espanta, incluso ni se alegra, únicamente ve.
Seguramente para él la muerte es un episodio más y el sufrir una forma
interesante de distracción antes del final.
Después
de la muerte de mi padre me quedó un mal sabor de boca, él se aferró tanto a
vivir y desperdiciamos nuestros días aferrados a esa idea, que cuando le tocó partir yo tenía una relación
quebrada con él, quebrada porque sentía que le había fallado. Hoy aún
siento eso, siento que debimos compartir de mejor forma sus últimos días,
agradecerle por todo, pero no fue así y no lo será… Mis recuerdos de su final
serán siempre que pude hacer más, que no le dije cuánto lo quería y que hubiera
dado lo que di y más por verlo otra vez levantarse tempranito e ir a la cancha
cercana a la casa a darse un trotecito.
Soosh - Desde lo alto |
Esto es sobre la muerte, sobre las muertes de mis padres… y mientras
releo esto pienso, sin importar los sueños, los planes, en algún instante, de
alguna manera nos vamos a morir.
Recomiendo leer:
El diario de Ana Frank
Sobre el libro
G. M. Santiago
P. S. Escribiré pronto
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El diario de Ana Frank
Sobre el libro
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